Andalucía alberga tesoros en su interior, uno de ellos es la Ruta de los Pueblos Blancos, donde el tiempo se detiene ante los ojos del visitante.
Andalucía es mucho más que las grandes ciudades, playas, sol, golf y sus fiestas. Si nos adentramos en la zona norte de Málaga y Cádiz, encontraremos un auténtico tesoro para los amantes de las zonas rurales: la Ruta de los Pueblos Blancos.
Esta ruta, compuesta por cerca de una veintena de localidades situadas en la Sierra de Grazalema y la comarca de la Janda en Cádiz junto con la Serranía de Ronda en Málaga, se ha convertido en uno de los destinos turísticos favoritos lejos de las grandes urbes andaluzas:
- Grazalema
- Arcos de la Frontera
- Olvera
- Prado del Rey
- Zahara de la Sierra
- Ubrique
- Alcalá del Valle
- El Bosque
- Benaocaz
- Setenil de las Bodegas
- Bornos
- Puerto Serrano
- El Gastor
- Algar
- Espera
- Algodonales
- Villaluenga del Rosario
- Torre Alháquime
- Villamartín
Con una arquitectura característica poblada de casas blancas, donde el color de la cal es el elemento que da nombre a esta ruta como elemento fundamental para evitar el sol y el calor andaluz. Sus macetas de flores y los tejados rojos son el contrapunto a ese color inmaculado de las fachadas. Un lienzo preciosista al que unimos el azul, el dorado, ese tono canela y verde pertenecientes al cielo, sol, sierra y flora. Podemos divisar paisajes escalonados donde las fachadas blancas son perlas asimétricas que se elevan entre sus sierras y colinas.
Calles estrechas y empinadas. Muchas localidades cuentan con castillos o ruinas que recuerdan lo que en tiempos pasados fue Al-Ándalus. Una huella que también queda reflejada en el nombre de las poblaciones, cuya raíz es árabe.
Por supuesto, también quedan muestras de tiempos pasados con yacimientos arqueológicos, las calzadas romanas, y más recientemente, las historias de bandoleros que los más ancianos del lugar recuerdan en los bancos y bares de los pueblos.
“Tripa vacía, corazón sin alegría” dice el refrán. En los Pueblos Blancos la alegría viene disfrutando de su gastronomía, con productos de una excelente calidad como es el caso de los quesos payoyos que se hacen en Villaluenga del Rosario, los vinos de Ronda como el Lagarejo, tagarninas, ajo a la comendadora, sopas pegás, gazpachuelo, venado, morcilla, chacina, trucha, perdiz, una sopa de espárragos llamada abajo, batatas con miel, quemones, torrijas, buñuelos, pestiños, gañotes, carne de membrillo…
Y para bajar la comida y para los amantes de la naturaleza, la Ruta de los Pueblos Blancos permite visitar en una corta distancia, maravillas como el Parque Natural de Grazalema, el Parque Natural Los Alcornocales, la Serranía de Ronda o el Torcal de Antequera.
El Parque Natural de Grazalema ha sido declarado Reserva de la Biosfera, en la cordillera Subbética entre las provincias de Cádiz y Málaga. Con las cuevas más extensas de Andalucía, el llamado sistema Hundidero-Gato cuenta con cerca de 9 mil metros topografiados. Mención especial para la Cueva del Gato, situada entre Benaoján y Montejaque (Málaga), con su río subterráneo que es uno de los sitios más visitados por los senderistas en la provincia de Málaga.
Situado entre la unión del océano Atlántico y el mar Maditerráneo, el Parque Natural de los Alcornocales, uno de los más grandes de España, también se sitúa entre Cádiz y Málaga, aunque la presencia en la última es mínima. Como dice su nombre, este parque nacional cuenta con un bosque de alcornoques, el más extenso del país y uno de los mayores del mundo, lo que hace que destaque la producción de corcho. También presume de ser el mayor campo de producción de energía eólica de la península ibérica.
Al abrigo de la Sierra de las Nieves, la Sierra de los Alcornocales y la de Grazalema, nos encontramos la Serranía de Ronda, mucho más que una sierra. Es y ha sido un punto de encuentro entre culturas, en la que podremos disfrutar de atalayas, castillos, teatros romanos, palacios y el archiconocido tajo de Ronda. Obligada visita a la ciudad Romana de Acinipo, un yacimiento romano de indudable belleza o el legado árabe con sus baños y el Palacio del Rey Moro,
Y qué decir del Torcal de Antequera y Villanueva de la Concepción, el primer Espacio Natural Protegido Andaluz y Parque de la Reserva Natural. Normal que en 2013 fuera finalista de El Mejor Rincón de la Guía Repsol. Esta maravilla de la naturaleza se la debemos al periodo Jurásico y a las rocas calizas, cuenta con tres senderos de uso público y un observatorio astronómico. Además se organizan actividades y rutas al margen de los senderos públicos.
¿Con ganas de disfrutar más de la naturaleza? La vía verde de la Sierra de Olvera a Puerto Serrano, de 36 kilometros, es una vía ferroviaria en desuso que está adaptada para su transito no motorizado, por lo que es ideal para ciclistas, senderistas, rutas ecuestres y excursionistas. Esta vía unía Jerez con Almargen y cuenta con muchos túneles y viaductos, casas y hoteles rurales integrados perfectamente en el entorno para pasar la noche si se decide hacer un alto en el camino o disfrutar de la naturaleza durante varios días.
Ideal para el turismo familiar ya que, al no tener desnivel, en la vía verde se pueden alquilar bicicletas para todas las edades y tándems, puedes disfrutar de exhibiciones ecuestres, incluso hacer la ruta a caballo mientras pasas por sus 30 túneles. También podrás disfrutar de los buitres leonados que pueblan la sierra.
De todo para todos, podría ser el resumen de la Ruta de los Pueblos Blancos. Desde Arcos de la Frontera a Ronda, el camino de conquista que siguieron los almohades en Al-Ándalus. Pueblos que parece trepar por las montañas y colinas, de calles laberínticas que se adaptan a los caprichos de la naturalez y llegan a castillos e iglesias, donde se unían los reinos de Castilla y Granada. Lugares misteriosos y escondidos donde conocer la historia y cultura que se ha mantenido con el paso de los años. Excelente gastronomía y productos locales de la más alta calidad.
La Ruta de los Pueblos Blancos es una visita turística obligada el alcance de todos los públicos que sumerge al visitante en un reducto de paz, lejos del mundanal ruido donde recuperarse del bullicio de las ciudades. Y lo mejor de todo, a pocos kilómetros de la Costa del Sol.
¿A qué esperas para perderte entre las casas serpenteantes de los Pueblos Blancos? No te arrepentirás.